La tolerancia a la frustración de uno de mis gorilas tiende a cero [diría un matemático]. La cosa ha ido mejorando con la edad pero probablemente de las peores cosas que le pueden pasar [según el gorila] es que le escape un globo volando. Inconsolable. Así que el otro día cuando vi la cubierta del libro que había escogido en la biblioteca pensé ¡Ya te tengo gorila! 

El libro en cuestión se llama No te vayas de la editorial Kókinos y en la portada se ve un globo dorado que se escapa hacia el cielo mientras Catalina, la protagonista del cuento intenta atraparlo sin éxito.

A Catalina, como a muchos niños incluidos mis gorilas [a uno más que otro], le cuesta despedirse de las cosas, de las personas o incluso de los momentos. Y el cuento es genial porque con unas ilustraciones chulísimas en negro, rojo y dorado, muestra en una página cómo Catalina está triste por algo por ejemplo por que se acaba el invierno y le grita No te vayas mientras en la siguiente está feliz de que sea primavera. O está triste porque se le escapa su globo por la ventana y le grita No te vayas y en la siguiente está jugando contenta con su perro mientras el globo sigue volando y volando hacia el cielo.

Me ha encantado poder explicarles tan visualmente a los gorilas que no pasa nada cuando algo se acaba porque en seguida podemos empezar a disfrutar de algo igual de bueno [o incluso mejor].

También trata el tema de las ausencias. Las primeras veces [o las segundas, o las terceras, o…] que les dejamos en casa de los abuelos, en el cole… no pueden ni imaginarse la vida sin nosotros [aunque estemos hablando de un par de horas, o una noche] pero luego ellos son capaces de pasárselo genial en esa nueva circunstancia y no pasa nada.

Bueno, es un trabajo de hormiguita que se tiene que ir haciendo poco a poco. Por eso este libro me parece un hallazgo y me encanta que haya sido el gorila con menos tolerancia a la frustración de la casa el que lo haya puesto en mis manos. 😉

¿Os ha gustado el cuento? ¿Cómo trabajáis vosotros la famosa tolerancia a la frustración? ¿Algún otro cuento que pueda ayudarnos un poquito?