¡Feliz 2017! Como habréis notado, me he tomado unos días de descanso blogueril porque por mucho que las quiera vivir en modo slow, las vacaciones de Navidad son estresantes. Los gorilas están megaexcitados, comida aquí, cena allá, Tió, Papá Noel, los Reyes, quedar con los amigos que solo pueden venir por estas fechas… Hoy he vuelto al trabajo más cansada de lo que acabé. Por eso hasta hoy no he encontrado un momento para sentarme delante del ordenador y pensar en cómo quiero que sea este año que acabamos de estrenar. 

Y es el momento de los propósitos de año nuevo. No suelo dedicarles mucho tiempo porque luego no suelo cumplirlos. Por eso, he decidido hacer una lista de despropósitos. Así, si no los cumplo, no me sentiré tan mal.

Pero el 2016 me ha demostrado que también puedo ser constante si me lo propongo. Me propuse publicar entre dos y tres entradas en mi nuevo y flamante blog y [más o menos] lo he cumplido. Así que he decidido liarme la manta a la cabeza y proponerme algún reto más. [pocos no vaya a ser que me dé un telele]

Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis… yo me calmaré, todos los veréis. Con esta frase que tomo prestada de Steve Urkell, de Cosas de casa [los que crecimos con las series de los 90 somos así…] quiero decir que no [no,no y no] pienso enfadarme tanto. Voy a contar hasta seis, hasta diez, hasta mil si hace falta antes de desencadenar el enfado.

Mis gorilas tienen cuatro años y medio y están a tope de revoluciones. Voy a controlar el genio y enfrascarme únicamente en las batallas que tengan sentido, que impliquen sobrepasar los límites de convivencia [comemos sentados, nos lavamos los dientes…], o que pongan en riesgo su integridad física [abrigarse si hace un frío del carajo o saltar desde quien sabe dónde]. Pero no voy a enfadarme porque se pongan un calcetín rojo o de rayas, porque se pasen buena parte del día chinchándose o porque no les dejo el móvil para ver vídeos. Y sobre todo no voy a gritar. Voy a convertirme en una mami gorila zen.

Ponerme en forma. La lactancia por partida doble me permitió recuperar mi cuerpo de un embarazo gemelar con bastante facilidad. De hecho, un año después de tener a los gorilas estaba bastante más delgada que antes de quedarme embarazada y tenía unos bíceps de llevar niños en brazos y de empujar el MacLaren gemelar por toda clase de cuestas que ni una atleta olímpica [oupps!]. Pero desde que dejamos la lactancia, el carrito y que ya no corro tras ellos a cada momento en el parque [aunque mi gen de madre helicóptero me lo reclama a gritos] he ganado unos cuantos quilos de más. Así que este año sí o sí, vuelvo a la piscina y a intentar llevar una dieta saludable. Lo que nos lleva al siguiente despropósito…

Planificar los menús semanales. Lo intento, lo intento y lo intento. Cada lunes me imprimo el menú semanal de los gorilas en el cole e intento planificar las cenas de la semana. Y cada miércoles [o incluso algún martes] llegamos a casa a las 7 de la tarde y me pregunto ¿Y hoy qué les hago de cena? Y normalmente la respuesta a esa pregunta sólo la puedo contestar al abrir la nevera y ver que hay ahí dentro. Así que uno de mis despropósitos 2017 es no sólo planificar sino actuar en consecuencia. Lo más difícil: La ejecución de los planes. Es decir, hacer la compra según el menú semanal e incluso dejar comida preparada durante el fin de semana. ¿y eso va ayudarme a mí a llevar una dieta saludable? Pues sí, porque las cenas de los gorilas son sanas, sanísimas. Si cada día cenamos juntos, me aseguro al menos cenar bien. [No voy a engañarme con el despropósito de hacerme también tupper saludable cada día porque no sería un engaño sería una trola de campeonato].

Seguir con la velocidad de crucero del blog. Escribir aquí en mi gorilas al cuadrado me genera tanta ilusión y tantas ganas que, a veces, casi parece que no haya trabajo detrás pero no es así. Le dedico mucho tiempo y energía y quiero seguir haciéndolo a este ritmo de dos o tres posts semanales. Necesito estrujarme más la cabeza para encontrar temas que os puedan parecer interesantes, ya sean sobre maternidad en general, de gemelos/mellizos en particular, o sobre viajes, salidas… así que no os cortéis y proponedme temas cuando queráis. Y también me gustaría ser capaz de reseñar un cuento infantil cada semana [esa espinita la llevo clavada desde que empecé con el blog…]

Entrenar mi ojo fotográfico. Uno de mis retos de 2016 ha sido mejorar mis fotos. No sólo para el blog sino también [y sobre todo] para tener fotos bonitas de la familia gorila. El año pasado me autoregalé una cámara réflex y este año ha caído el objetivo 50mm. Tener un buen equipo es esencial pero no es lo único. Hay que saber cómo sacarle partido. En el curso de blogging de Hello!Creatividad hay una apartado de fotografía básica con Begoña de Tea on the moon que hace unas fotos fantásticas y que me pico el gusanillo de aprender más. Y os he hablado muchas veces del curso Hello!Family de fotografía familiar de Jessica Davey que es una pasada. Me queda muchísimo por aprender así que ahí sigo. Entrenado el ojo y viendo fotos por todas partes.

Reto Instagram #gorilasbyn365. Una buena manera de entrenar el ojo es planteándome retos fotográficos e Instagram es el lugar ideal [aquí os expliqué alguno de los retos en los que participo]. En 2016 conseguí publicar 366 fotos para los 366 días del año pasado en IG [las podéis ver todas con el hashtag #gorilas366], aunque tuve que publicar tres fotos el último día del año. Y voy a repetir en 2017 [que sólo tiene 365 días] eso sí, esta vez el reto son 365 fotos en blanco y negro [las encontraréis con e hashtag #gorilasbyn365]

Y estos son mis seis despropósitos para el año que empieza. Si soy capaz de cumplir alguno [especialmente el primero] seré muy feliz y, si cumplo más de tres, querrá decir que he dejado de ser yo para ser otra pero ¿qué mejor momento para cambiar que a mis 40 primaveras?

¿Y vosotros os planteáis propósitos de año nuevo? Y lo que es más importante ¿los cumplís? Os deseo un año 2017 lleno de alegría, amor, sueños cumplidos y en el que espero seguir viéndoos por aquí ¡Feliz Año Nuevo!