Hoy es el último día de cole de los gorilas. Han acabado su primer curso en el cole de mayores y es un buen momento para pensar si las reflexiones y la angustia que pasamos hace un año y medio cuando elegimos este colegio para ellos nos han llevado a buen puerto.
Nuestra máxima prioridad era que fueran felices en el cole y eso lo tienen. Cada mañana se han despertado contentos para ir al cole, cada mañana han entrado en la clase con una sonrisa en la cara y jugando con sus amigos, cada lunes, los gorilas y sus amigos, han esperado impacientes que se abra la puerta del colegio para entrar corriendo al patio [yo siempre fui muy contenta al cole pero tampoco tanto].
El modelo educativo nos importaba, claro, aunque no fue decisivo. Y al final, el cole de los gorilas ha resultado ser más innovador de lo que ellos mismos creen. No funciona por proyectos y hay exámenes y asignaturas pero realizan un montón de actividades transversales en las que participan desde los más pequeños hasta los más mayores [Yo a eso le llamo proyectos ¿no?], talleres de creatividad con barro, pinturas, talleres de ciencia, visitas al huerto del cole. Así que, aunque no sea la escuela más innovadora del planeta [tampoco la queríamos] no tiene un proyecto anclado en el pasado. El macho alfa y yo, contentos. Los gorilas, más.
El curso se ha hecho largo para todos. Especialmente estas últimas semanas con la jornada reducida que han sido bastante complicadas. Pero los gorilas han disfrutado en el cole, han jugado, han conocido a un montón de niños y profes y han empezado a formar parte de algo más grande que la familia. También han aprendido un montón de cosas casi sin darse cuenta.
Y también han tenido que aprender a defenderse y a plantar cara. [Ésta es la parte que más me cuesta de estar fuera, de no formar parte de lo que pasa en el cole]. El cole puede convertirse a veces en una selva donde impera la ley del más fuerte. Y las ratios de 25 niños por maestro no ayudan mucho a mantener la situación bajo control. Pero esto ya no tiene tanto que ver con el colegio que elijas sino con los compañeros que se encuentren. En todo caso, los gorilas también han sabido superar ese reto.
Hoy se celebra una gran fiesta en el cole. Los protagonistas son los mayores que después de nueve años juntos empiezan el curso que viene el instituto. Y al verlos me da un poco de vértigo. Mis bebés gorilas ya no serán los más pequeños del cole de mayores y en un plis-plas estarán celebrando su fiesta de despedida [me mareo sólo de pensarlo].
¿Cómo les ha ido a vuestros peques el curso? ¿Estáis contentos con el cole que elegisteis? ¿No os parece que el tiempo pasa volando?
Para los que tenéis que elegir cole el año que viene, aquí os dejo unos consejillos sobre cómo llevamos nosotros la gran decisión. Espero que os sirva