Después de muchos fines de semana en la ciudad, necesitábamos [y mucho] una escapadita con los gorilas. Mas Jonquer ha sido el sitio ideal para desconectar y pasar unos días juntos, tranquilos [todo lo tranquilos que pueden ser con dos gorilas de cuatro años] y respirando aire puro.
Mas Jonquer es un hotel rural a unos diez-quince minutos de Figueres. Una localización perfecta para visitar cualquier punto que os apetezca de la comarca de l’Empordà: las calas de la Costa Brava, el puente medieval de Besalú o hacer la ruta del surrealismo de Salvador Dalí.
Se trata de una antigua masía del siglo XVIII reformada. Isa y su familia viven en la casa principal y han reformado la casa dels masovers en un acogedor hotel rural. [No he encontrado ninguna traducción de masover que me cuadre pero eran las personas que cuidaban y mantenían la casa gran a cambio de vivir allí].
Llegamos el viernes por la tarde y los gorilas en seguida quisieron salir a explorar el territorio. Una piscina increíble que nos queda pendiente para otro día [¿os habéis fijado en que ha llovido todos los fines de semana de junio? AGHH], campo de fútbol, pista de tenis y una canasta de baloncesto que hizo las delicias del gorila más pelotero.
En el enorme jardín hay un parque infantil vintage que nos llevó al macho alfa y a mí a recordar los parques de nuestra infancia. Y lo que más les gustó a los gorilas [además de la piscina] fue una pista de petanca y durante un buen rato nos convertimos en profesionales de este deporte.
Como veis es un lugar con mucho espacio para correr y divertirse. Las hamacas de la piscina me llamaban a tumbarme y descansar un ratito pero los gorilas me tuvieron en marcha todo el fin de semana…
Las habitaciones son muy agradables. Nosotros cuatro estuvimos en una muy amplia y muy cómoda. Perfecta para familias. Y en la casa hay una sala de estar con juegos para pasar un ratito mientras esperamos la cena.
Las cenas en Mas Jonquer son un must. Tanto, que íbamos a quedarnos a cenar una noche y al final nos quedamos las dos. Un comedor tranquilo, donde los gorilas estaban a sus anchas [persiguiendo a la pobre Isa que es un encanto] y los platos cocinados con productos de proximidad [le llaman quilómetro 0, yo les llamo tomates que saben a tomate] estaban buenísimos. Además, para los más pequeños, menú especial con helado de postre [se enamoraron de Isa desde el primer minuto pero con esa sorpresa al final de la cena, se los ganó para siempre ;)].
Nuestra idea era pasar el fin de semana en remojo y disfrutando de la piscina pero el tiempo no nos acompañó así que nos montamos un plan alternativo. La visita al museo Dalí ya estaba en nuestros planes [aquí podéis ver cómo nos fue] y como Figueres está a menos de veinte minutos de Mas Jonquer en un plis-plas teníamos el plan montado. Ir a Figueres, visitar el museo, comer por la ciudad y un ratito de parque [¿siesta? ¿qué es eso?].
Aprovechamos que todo está muy cerquita para acercarnos a nuestra playa favorita de L’Escala, justo bajo las Ruinas de Ampurias. Había valientes bañándose pero la verdad es que hacía un frío que pela. Merendamos unas cerezas en la arena [ante el horror del macho alfa que odia la arena] y nos volvimos a cenar al hotel de Isa.
Otra vez, dormimos estupendamente. No sé por qué pero siempre que vamos al campo, los gorilas suelen darnos más tregua por la mañana…
Después de un desayuno increíble al que le puedes añadir unos huevos revueltos que Isa te prepara en un momentito, y a la vista que el tiempo seguía sin acompañar [adiós piscina. snif] decidimos recoger nuestros bártulos para ir a pasar el día al Estany de Banyoles [también a tiro de piedra]. Agradecimos hasta el infinito a Isa nuestro fin de semana en Mas Jonquer y le prometimos que volveríamos pronto.
Eso seguro, Mas Jonquer es un sitio ideal para ir con niños y el macho alfa y yo ya tenemos pensado proponer a nuestros amigos con niños ir a pasar unos días todos juntos. Es de esos sitios donde puedes pasar todo el fin de semana sin coger el coche o hacer un montón de planes por la zona. Eso sí, que haga sol y nos podamos bañar en la piscina. Y así podré hacer caso de las llamadas de esas hamacas tan tentadoras.
Me ha salido un post más largo que un día sin pan pero tenía tantas cosas que contaros… Espero que hayáis llegado hasta aquí sin aburriros mucho. ¿Y vosotros, conocéis l’Empordà? ¿Qué planes hacéis por allí?