Visita al Museo Dalí con niños

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Este fin de semana estuvimos en Mas Jonquer, el hotel rural de mi amiga Isa [el hotel se merece un post para él solito y aquí lo tenéis]. Está a menos de media hora de cualquier punto de l’Empordà que quieras visitar. Así que, cuando planeamos el fin de semana decidimos pasar por Figueres y visitar el Museo Dalí.  

Sí, es un plan arriesgado con dos gorilas de cuatro años que están en plena fase cuatrinager [ya os expliqué aquí que no os creáis a nadie que os diga: es una etapa, ya pasará… pasará pero vendrá otra etapa]. El macho alfa no lo tenía muy claro pero a ver… si algún museo tiene que ser el primero ¿Cuál mejor que un castillo coronado con huevos gigantes y con la fachada llena de  croissants o panes de tres puntas?

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Días antes ya les empezamos a hablar de Salvador Dalí, de su bigote y de las cosas locas y raras [se suele llamar surrealismo ;)] que le gustaba hacer, como ellos en clase. El genio loco del bigote le llaman ahora.

La verdad es que les encantó el museo y estuvimos por allí un buen rato. Ya en el coche, gritos de emoción al ver los famosos huevos gigantes. Una vez dentro, quisieron mirar en el interior del Cadillac lluvioso que preside el patio de entrada del museo con estatuillas de Óscar gigantes que nos vigilaban desde las ventanas.

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Dimos un paseo por las salas y sólo paramos donde ellos tenían interés. Al final el macho alfa y yo ya habíamos visitado antes el museo y esta vez, lo visitamos… al ritmo gorila. Una de las obras que más les gustaron fue la cara de Mae West. Les encantó el sillón de boca que da besitos. Y pidieron volver a hacer la cola para subir al púlpito desde donde se ve bien gracias a una lupa.

Casi tenemos un cataclismo rabietil total porque una de las obras que buscábamos por todas las salas era el cuadro La persistencia de la memoria o Los relojes blandos que estaba en una exposición en Nueva York [OMG!!]. Por suerte [gracias, gracias] hay un tapiz con esa obra sobre la cama que utilizó Dalí mientras vivió en el museo. A ellos no les importa si es el original o no. Los gorilas querían ver relojes derritiéndose y vieron relojes derritiéndose.

Así que os recomiendo que antes de proponerles buscar una obra, os aseguréis de que está en el museo, que no está de gira o que no la están restaurando [tip del día]

Para acabar la visita, por fin conocemos al genio, gracias a una exposición de fotografías muy divertidas de Salvador Dalí jugando con su bigote.

No sé si los gorilas están preparados para ir al Prado o al Louvre pero el museo Dalí les encantó. Es cierto que no es el clásico museo y si además preparas un poco la visita y se la propones como un juego, tienes mucho ganado.

¿Vosotros vais a museos con vuestros peques? ¿Les gustan? ¿Preparáis las visitas de alguna manera? Dadme algún truquillo para ir a ver Las meninas de Velázquez al Prado.

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