Barcelona, la improvisación y una tarde en CosmoCaixa

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¿Os acordáis de cuando en Barcelona se podía ir al cine sin comprar las entradas de forma anticipada? Podías ir incluso sin haber mirado la cartelera. Sí, hombre esas páginas del periódico donde ponen todas las pelis de todos los cines. Llegabas prontito al cine, escogías peli y comprabas tu entrada.

¿Los millenials no os lo creéis? Os lo juro era así. El otro día mi hermana se llevó a los gorilas al cine. Cuando le dije que le convenía comprar las entradas por internet para no quedarse con los dos peques dos horas de plantón esperando la siguiente sesión, se quedó a cuadros. Pero es así.

Barcelona se ha vuelto una ciudad muy fashion y muy molona pero deja muy poco espacio a la improvisación [me refiero claro a actividades culturales no a salir por ahí]. Los abonos y las entradas de los festivales más chachis se acaban con meses de antelación, las entradas para conciertos tipo Bruce, U2… duran minutos en internet ¿No era más romántico hacer cola desde las 4 de la mañana en la desparecida Planet Music?

Y así, con un montón de cosas. Es verdad que desde que me convertí en mama gorila, tampoco tengo mucha margen para la improvisación pero planificar cada actividad de fin de semana con semanas o incluso meses de antelación me parece un exceso.

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Y toda esta reflexión viene porque el sábado pasado tuvimos zafarrancho de limpieza en casa y los gorilas estuvieron toda la mañana entre cuatro paredes así que decidimos hacer algo guay por la tarde. Se nos ocurrió ir al Museu de la Ciència de Barcelona, el CosmoCaixa. En la web vimos una actividad que tenía muy buena pinta para niños mayores de tres años.

Pero [¡oh! Error] no compramos las entradas. No porque seamos kamikaces sino porque no quedaba muy claro si también había que comprar entrada al museo. O no. O los gorilas sí pero nosotros no. Es igual. La cuestión es que nos fuimos para allá.

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Y claro. Cuatro entradas para el Click! Por favor. ¡Uy! Se han acabado las plazas hace 20 minutos…

¿Lo veis? Imposible improvisar. Hasta las actividades de ciencia se llenan.

En este caso, el drama no fue tal porque aunque no hicimos la actividad pasamos una tarde genial en el museo. Yo hacía siglos que no iba pero me divertí como cuando era una niña. Y los gorilas también. Hicimos un montón de experimentos de física, comprobamos el efecto de Coriallis, descubrimos los diferentes espectros de la luz, vimos un laboratorio en la Antártida después de jugar con los pingüinos, tocamos un bloque de hielo enorme y comprobamos como las olas del mar erosionan las piedras de la playa.

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Todo eso, sin dejar de jugar ni un momento. Los gorilas sólo tienen cuatro años pero está bien que se vayan acercando a la ciencia [igual que al arte, la música, la literatura…]. Así que seguro que volvemos al CosmoCaixa un montón de veces. ¡Ah! Y la próxima vez compraremos las entradas del Click! por Internet.

¿Vosotros sois de planificar o de improvisar? ¿Creéis que en Barcelona se puede improvisar un cine, un teatro, un concierto? ¿Con cuánto margen compráis las entradas para estas cosas?

4 comentarios en “Barcelona, la improvisación y una tarde en CosmoCaixa

  1. Yo soy muuuucho de programar, me da mucha rabia quedarme sin hacer algo por no haberlo pensado con antelación… (A veces me paso de previsora) Movilizar a los Bamba, explicarles que vamos a hacer algo chulísimo y que luego pudiéramos quedarnos sin hacerlo puede derivar en una hecatombe de dimensiones bíblicas, así que mejor cubrirnos las espaldas y comprar siempre con antelación 😛

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  2. Yo soy mucho de improvisar y las entradas las compró casi en el último minuto por si algo falla… y muchas veces me ha pasado como a tí, nos hemos quedado sin peli, sin teatro….y yo lo asumo pero mis hijos regulín… 😉

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