Los que me conocen saben que mi relación con las manualidades no es un camino de rosas. De hecho, tengo varios traumas. En 5º de EGB [sí, soy lo suficientemente mayor como para haber hecho el EGB], la señorita Seco destrozó delante de toda la clase mi camaleón de cartulina porque ‘estaba tan mal que no se lo podía enseñar a mis padres’… y mi primer suspenso fue en 7º de EGB en… ¡!!Labor!!! [Sí, era un cole de monjas. No, creo que no tengo más traumas]. Leer más…
