Hay libros que nos entran por los ojos. A mí me pasa mucho. Miles de veces he elegido un libro del que no sabía absolutamente nada sólo por la portada. [Sí, caigo en las redes del márqueting]. A veces me he llevado muy gratas sorpresas y otras, el libro era un bluf. Con los cuentos infantiles me pasa igual.

Pero en los álbumes infantiles ilustrados, el ilustrador de la portada es también quién ilustra el cuento y en muchos casos su autor. Así que, si una portada y un título te entran por los ojos es difícil [aunque no imposible] que te defraude. Es lo que me pasó con el libro ¿De qué color es un beso? de Rocío Bonilla.

En nuestro último plan Mammaproof en el Raval ya os expliqué que acabamos la tarde en la librería La Central del Raval y de allí nos llevamos un buen botín de libros. Los gorilas eligieron un cuento cada uno. Les dejamos elegir el que quieran aunque a veces les echamos una mano. Por ejemplo el gorila R estaba mirando uno donde presentaban diferentes tipos de monstruos. Éste mami, yo elijo éste. ¿Seguro? Sí, sí, éste. Después de mirar un par de páginas de cuernos y dientes. Mami, no, éste no. Voy a buscar otro. [:)]

Yo también elegí el mío. El que me apetecía leerles vaya. La portada de ¿De qué color es un beso? me parece preciosa, las pinturas echas un desastre sobre el fondo blanco, la expresión de la cara de Minimoni. ¡Me encantó! Éste, mami gorila, yo elijo éste.

¡Y fue un éxito! A ellos también les gustó y se preguntaron junto a Minimoni, la protagonista [que en realidad se llama Mónica] qué color tienen los besos. Es una forma genial de hablar de emociones, cuando estamos enfadados nos ponemos rojos o de relacionar colores con gustos. A Minimoni no le gusta la verdura así que los besos no pueden ser de color verde. Tampoco pueden ser rosas porque a Minimoni no le gustan nada las princesas ni las hadas [A los gorilas sí, a los dos] y así…

Al final, la mami de Minimoni le resuelve sus dudas con un montón de besos de colores. Es un libro precioso en todos los sentidos. Muy recomendable