Este fin de semana ha sido intenso. No. Intensísimo. Ha sido nuestra primera Mercè a tope, sin cochecito gemelar a cuestas y con dos gorilas de 4 años con ganas de descubrirlo todo y que ya no necesitan siesta [AGHHH]. Necesito vacaciones. 

En casa nunca hemos sido mucho de seguir las fiestas tradicionales y mi incursión en el mundo de los Gegants, los Castellers y los Correfocs está siendo bastante tardía pero me estoy haciendo una experta y cada año nos volvemos más pro.

Sábado por la mañana toca el paseo de Gegants i Capgrossos desde la plaza Sant Jaume donde se encuentran el Ayuntamiento de Barcelona y la sede de la Generalitat de Catalunya. El año pasado llegamos prontito para ver bailar a los Gegants en el centro de la plaza. Meeecc. Error. Poco a poco, la plaza se fue llenando y llenando para la diada castellera que viene después y nos costó la vida salir de allí.

Así que este año nos colocamos en una de las calles por donde pasan los Gegants y los vimos todos estupendamente. A los gorilas les fascinan y los miran embobados casi casi como si fuera la cabalgata de reyes. El momento clímax para ellos es cuando pasan el Sol i la Lluna, los Gegants del barrio de Gràcia [son muy del barrio:;]

Quedarnos a ver los Castells nos pareció un exceso, para ellos y para nuestros hombros que ya estaban para el arrastre. Así que se nos ocurrió ir al Museu d’Història de la Ciutat en la Plaça del Rei [durante La Mercè, le entrada a la mayoría de museos es gratuita] para ver los restos de la ciudad donde vivían los barceloneses hace muchos muchos años [son ruinas romanas sobre todo]. ¿Os parece un plan aburrido para dos gorilas de 4 años? Pues les encantó.

Pasearon por las pasarelas encima de antiguas paredes y suelos de casas romanas, se querían bañar en las ruinas de las termas. ¿Es una piscina mami? Y descubrieron cómo conservaban el pescado sin neveras. Un éxito total.

Por la tarde, cambiamos de escenario y nos fuimos hasta la entrada de la Antiga Fàbrica Estrella Damm. En la calle, un montón de juegos de madera para probar las habilidades de los más pequeños pero lo que más nos llamó la atención [además de unos dragones de tela que paseaban por allí] fue una gran burbuja de plástico. Allí se desataba una gran tormenta de… ¡confeti! La cola para entrar era kilométrica pero la verdad es que valía la pena. Una pasada.

Y el domingo decidimos pasarlo en el Circo. Por La Mercè, los fosos del castillo de Montjuic se convierten en escenarios circenses al aire libre. Antes de verlo, el gorila R, no acababa de entender cómo podía ser un circo sino había carpa […]. Llegamos hacia la hora de comer, justo a tiempo de ver el espectáculo Marcel et ses drôles de femmes de la compañía Miss Dolly. Los gorilas fliparon viéndolos saltar y hacer volteretas en el aire. Nosotros hicimos un picnic pero la oferta de Food Trucks era espectacular [Me encantan].

Y por la tarde, todos nos convertimos en artistas del circo. Pudimos probar a hacer malabares con bolas, mazas o discos y también aprendimos a hacer volar el diábolo. Bueno más bien, miramos boquiabiertos como el tiet gorila lo lanzaba a las alturas y lo volvía a recoger como si nada. Pero lo mejor fue que los gorilas [tras otra cola kilómétrica] pudieron subirse a un trapecio ¡cómo los trapecistas de verdad!

No creáis que con el circo pusimos punto y final a nuestra jornada. Nooo. Todavía tuvimos tiempo de ir al Correfoc de petits. Petardos, fuego, humo… La verdad es que no todos los gorilas lo disfrutamos igual pero al final nos gustó a todos.

Sólo la lluvia [que no falta nunca a su cita con La Mercè] consiguió mandarnos, por fin, para casa. Que sólo nos faltó ir a ver a Manu Chao al Fòrum ¿Entendéis por qué necesito una semana de vacaciones?

¿Y vosotros? ¿Habéis disfrutado de la Festa Major de Barcelona? ¿con niños? ¿sin? Explicadme vuestros planes y así cojo ideas para el año que viene.