Este fin de semana [+puente] nos hemos estado debatiendo entre celebrar la Castanyada, Halloween, los dos ¿? Al final, como nos hemos quedado en casa, hemos celebrado todo lo que hemos podido.

Gracias a El Culturista el sábado fuimos a un cuenta cuentos en el Museu de la Xocolata, en el barrio del Born en Barcelona. Se nos ocurrió que lo mejor era visitar el museo antes de la actividad para completar el plan.

El Museu de la Xocolata me decepcionó un poquito. No sé si es que no sabía bien que me encontraría pero suponía que sería parecido al Museo del Chocolate de Colonia en Alemania donde estuvimos hace dos años e, incluso con dos niños de poco más de tres años, fue una visita genial.

Conocimos de dónde viene el cacao en un jardín tropical dentro del edificio, y vimos [en vivo y en directo] cómo se hace el chocolate. Visitamos un antiguo colmado donde el chocolate se vendía en onzas. Te dan unas galletas bañadas en chocolate que está saliendo de la máquina. Vaya, que es un señor museo con tres plantas y donde los gorilas no se aburrieron ni un minuto.

Foto del Museo de Chocolate de Colonia

Y claro, con este recuerdo en mi mente, el Museu de la Xocolata de Barcelona, me quedó un poco corto. Aunque también explican de donde viene el cacao y cómo se hace el chocolate, lo hacen a través de fotos y algún audiovisual. Básicamente, se trata de una exposición de figuras de chocolate [impresionantes eso sí]. Desde el dragón del Park Gell, hasta Messi. un montón y a cuál más grande. Alguna máquina antigua de hacer chocolate pero el chocolate, ni olerlo.

Supongo que si además de la entrada al museo haces alguna actividad en el obrador que se puede ver desde la sala de exposiciones como me consta que hacen [aquí os dejo el enlace de todo lo que podéis hacer allí] sí que debe valer la pena pero entrar sólo a hacer la visita es un poco… decepcionante. La entrada vale 6 euros aunque los niños entran gratis hasta los siete años y tienen un montón de descuentos además de los habituales: TRESC, carnet de biblioteca, periodistas… Y el ticket es una tableta de chocolate que eso siempre mola.

A los gorilas les gustó aunque creo que también esperaban más porque se quejaron de no haber visto cómo se hacía el chocolate [mea culpa]. Les encantaron los Lego de sus superhéroes preferidos luchando contra el Joker y también las estatuas gigantes de Star Wars que son chulísimos.

Tras la visita al museo, nos encaminamos hacia la sala donde se hacía el cuentacuentos de la escritora Bel Olid que se ha estrenado en la literatura infantil con Gegantíssima, un cuento sobre la llegada de un hermanito a la familia. A mí me gustó mucho cómo explicó el cuento, como se lo explicaría yo, y supongo que eso fue precisamente lo que encandiló a los gorilas.

La mañana acabó con un chocolate caliente en el sitio más indicado ¿no?

¿Habéis estado en el Museu de la Xocolata de Barcelona? ¿Estáis de acuerdo conmigo o tenía demasiadas expectativas? Ya me contaréis.