Me encanta el otoño. La pena es que odio la lluvia y el frío. Por suerte la semana pasada todavía pudimos disfrutar de esa pseudoestación que llaman el veranillo de San Martin de San Miguel o también conocido como veroño y la familia gorila aprovechamos para pasar el día en el bosque. Fuimos de excursión a la Font de la Budellera en el Parc del Collserola de Barcelona. El objetivo era recoger hojas, piñas, ramas y cualquier cosa que nos sirviera para pintar con ellas.
A mis gorilas les encanta ir de excursión a la montaña. Son gorilas urbanistas y en cuanto se ven en medio del bosque sin tener que preocuparse de coches y semáforos se asilvestran en cinco minutos. Con nuestro botín en la saca, nos dirigimos a casa de la abuela gorila que, como de costumbre, nos tenía preparado un banquete dominguero para chuparse los dedos. Pero antes dimos rienda suelta a nuestra creatividad estampando con hojas, piñas, tizas y esponjas con formas.
Es un verdadero placer ver cómo mis niños gorilas se expresan a través del arte cuando dejamos (por un ratito) las normas a un lado y pueden pintar con las manos, los pies sin que nadie les llame la atención porque se están ensuciando. Bueno, la abuela gorila no daba crédito y no paraba de decir: «se van a poner finos estos niños. directos a la bañera».
En fin, en nuestra selva no somos muy de ‘crafts’ y ‘DIY’ pero nos encanta mancharnos las manos de pintura. ¿Y a vosotros? ¿me explicáis qué manualidades hacen vuestros peques con todos los materiales que nos proporciona el otoño? Estaré encantada de leeros.