Me gusta cuidar los libros sobre todo los que he leído y releído mil y una veces. Pero, precisamente por eso, porque son mis preferidos suelen ser los que más hechos polvo están. A los gorilas les pasa igual. Desde que ya no muerden los libros, reconocerás sus preferidos sólo viendo el estado en que se encuentran.
Es el caso de Busca y encuentra [Digues on és… en su versión catalana] de animales ilustrado por Thierry Laval. Está manoseado, los cantos desgastados y yo qué sé qué más, pero es que desde hace un tiempo forma parte de nuestra rutina diaria antes de ir a dormir.
En las rutinas nocturnas siempre hay un gorila que acaba antes que el otro. Normalmente es el gorila R pero puede variar. Pues bien, hasta hace unas semanas, el que acababa antes cogía un cuento y esperaba en la cama que llegara el otro y entonces llegaba la laaarga rutina de antes de dormir: Leemos un cuento con la luz encendida y luego la mami gorila explica otro cuento con la luz apagada [y luego según el día: mami… ¿qué, cariño?… agua. Mami… ¿qué?… me duele la barriga. Mami… ¿QUÉ?… guapa :D].
Pues bueno, por si fuera poco complicado el ritual, ahora le hemos añadido que el que llega antes busca animales con el macho alfa en este libro tan genial de la editorial cruïlla [en catalán].
La verdad es que además de ser muy chulo y entretenido, este libro tiene un montón de animales. En cada doble página podemos encontrar mamíferos, anfibios y reptiles, aves, animales marinos e insectos. No buscas una tortuga… no… tienes que buscar o una tortuga radiada o una tortuga de las Galapágos ¿Sabías que existían estas dos clases de tortuga? ¿y qué los dibujos de su concha son súperdiferentes? Pues yo soy bióloga y no lo sabía. Mis gorilas ya lo saben 😉
Y no os penséis que son fáciles de buscar. Las diferencias entre algunos de los animales son mínimas: un pájaro tiene la cresta roja y el otro la tiene amarilla; y se esconden entre los árboles, bajo las piedras o debajo del agua.
La verdad es que aunque retrasa 10 minutos [más] la hora de ir a dormir, vale la pena dedicarle un ratito. Ellos se entretienen, aprenden y mejoran su agudeza visual. Así que, ¿qué más da que la mami gorila no pueda con su vida y sólo piense en el sofá? ¡Busquemos animales!