Ya sabéis que en casa somos muy escatológicos [algunos más que otros] y los gorilas se parten de risa con el caca, culo, pedo, pis. Lógicamente, los libros que tocan estos temas tan agradables suelen triunfar bastante. Por eso cuando desde Boolino me dieron la opción de reseñar El Pedo más grande del mundo pensé ¡Sí! ¡Yeah! Sigue leyendo
No creo que pueda decir mucho más sobre este cuento a parte de dejaros el precioso poema de Joana Raspall, ilustrado maravillosamente por Ignasi Blanch. Sigue leyendo
Tengo un único recuerdo de los piojos en mi infancia. Fue mi oportunidad para cortarme el pelo a lo chico [ahora se diría a lo garçon pero los 80 eran otra cosa ;)]. Tenía seis o siete años y estaba harta de las trenzas, los lazos [la abuela gorila es del Norte] y de las colas pero no me dejaban cortarme el pelo [la abuela gorila es del norte 2]. Así que cuando los piojos llegaron a mi vida, no lo dejé pasar.
Los que ya me conocéis un poquito, sabéis de mis obsesión por que mis hijos sean unos fanáticos de la lectura como yo. Yo tengo claro que mi amor por los libros es algo que mamé en casa y que me inculcó mi padre, sin querer, sólo con su ejemplo. Yo intento no estar siempre encima con el tema pero aprovecho la menor ocasión para ponerles un cuento en las manos [sin agobios]. Sigue leyendo
Una de las cosas que más me gusta de tener un blog es escribir sobre cuentos infantiles, los que más les gustan a los gorilas, los que me parecen preciosos a mí, los que nos sirven para trabajar algunas cosas con los peques… pero también es la sección que me ocupa más tiempo: decidir qué libro reseñar, qué quiero explicar, cómo, hacer las fotos, editarlas… Mi idea era escribir sobre un cuento cada semana. Sigue leyendo
Este año he vuelto [por fin] a mi ritmo habitual de lecturas. Los gorilas ya duermen toda la noche seguida [con alguna excepción] y las noches me cunden más. El blog le quita algo de tiempo a los libros pero también he aprendido a compartir el espacio de lectura con los gorilas. Leemos los tres juntos o aprovecho para leer cuando ellos miran una peli en casa [he conseguido no necesitar el silencio absoluto para estar absorta en la lectura]. Sigue leyendo
Soy muy de regalar libros a los niños. Ya sabéis que mi padre siempre, siempre, siempre me regala un libro. Por Navidad, Reyes, mi cumple, porqué sí… Y a los gorilas les intento traspasar mi amor por la lectura. No sé si lo conseguiré pero que no sea por no intentarlo. Sigue leyendo
Ya sabéis que me encanta leer y que una de mis obsesiones es que a los gorilas les guste la lectura tanto como a mí pero sin agobiar. La mejor manera a sus cuatro años de edad es leerles o explicarles un montón de cuentos y que perciban el leer como algo divertido. Y también que me vean leer a mí. A veces, leemos los tres sentados en el sofá. Y me encanta. Leer más…
No soy muy de leerles a los gorilas libros de monstruos [y menos por las noches], y es que el gorila R alguna vez se ha despertado en medio de la noche con una pesadilla y sólo faltaría que yo animara su imaginación monstruosa a última hora de la noche. Pero, sí, hay un pero… Leer más…
Una vez recuperadas la rutinas no hay nada mejor que empezar a planear una escapada [o dos, o tres] para salir de ellas ¿no? Hace mucho que pienso que me encantaría viajar con los gorilas a Londres y a París. El macho alfa y yo hemos estado varias veces en las dos ciudades y sería genial repetir con ellos. Leer más…
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