
Desde que era muy, muy pequeñito el gorila R tiene pasión por el balón. De bebé le gustaba jugar con las pelotas de trapo y en cuento empezó a ponerse de pie, empezaron las patadas a la bola. Con dos años jugaba con sus amigos a fútbol en la plaza. Bueno, jugaba él porque los otros lo que hacían era correr detrás de la pelota y él gritaba ¡Así no, así no, hay que pasarla! [Un Pep Guardiola en potencia ;)]. Sigue leyendo
Este año he vuelto [por fin] a mi ritmo habitual de lecturas. Los gorilas ya duermen toda la noche seguida [con alguna excepción] y las noches me cunden más. El blog le quita algo de tiempo a los libros pero también he aprendido a compartir el espacio de lectura con los gorilas. Leemos los tres juntos o aprovecho para leer cuando ellos miran una peli en casa [he conseguido no necesitar el silencio absoluto para estar absorta en la lectura]. 






